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Aspasia a la conquista de Paris
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Sansovino



Registrado: 02 Dic 2006

Publicado: Mar Jun 14, 2011 5:44 pm    Asunto:  

Aunque sea desviarse de Aspasia, por alusiones y del archivo, ahí va algo sobre Great Moss y Baton Passer (y también sale Carlos Laffon):

En 1987 apareció en las pistas españolas Great Moss un alazán importado por la cuadra Puerto Rico, propietario que había irrumpido con fuerza en nuestras carreras a mediados de los ochenta. Hijo de Tip Moss y Kervila, por Misti, atesoraba fondo en todos sus ancestros. Había corrido a 2 años en Francia, ganando en su debut en el desaparecido hipódromo de Evry y después corrió sin éxito un Grupo 3. Se tenían grandes esperanzas en él, porque después de un debut poco lucido sobre 2200 metros en abril de 1987 disputó directamente el Derby español donde sólo pudo ser octavo lejos. Tampoco confirmó las expectativas en Lasarte siendo sexto en el Diputación Foral. Después fue segundo en una carrera de 1600 metros para aprendices (montado por un tal José Luis Martínez) y acabó el verano con otra colocación en una carrera menor.

En otoño sus responsables decidieron que probara suerte en la vallas y en su debut en la especialidad el 22 de noviembre en La Zarzuela fue un excelente segundo de su compañero de cuadra, Prince Danilo, que tenía un alto valor en liso: en primavera había batido al crack Casualidad en el Corpa. Según las crónicas Great Moss habría ganado la carrera de no haber respetado a los primeros colores. El último día de carreras de 1987 obtuvo su primera victoria en vallas, en un paseo sobre la pista de arena de Lasarte que entonces tenía temporada de invierno. Su jinete fue el amateur Carlos Laffon, actualmente uno de los entrenadores de la élite en Francia. No sería la última vez que montó a Great Moss.

Batton Passer inició su carrera en España apenas dos meses después que Great Moss, pero ya con cinco años a cuestas. Era un castaño de gran tamaño por Buckfinder y A Ronnes, nacido y criado en Estados Unidos y había costado 100.000 dólares de yearling, una cifra muy respetable para la época. Su propietario era la Cuadra Roady, un misterioso propietario, probablemente español, y del que no he podido obtener muchos datos salvo que corría a sus caballos en Inglaterra y que compitió fugazmente en nuestro país, principalmente con Batton Passer. Por cierto, que el destino de Roady se cruzó casualmente con el de Royal Gait, porque un caballo con sus colores grises y amarillos, El Conquistador, fue el que derribó a su jinete, Tony Clark, cuando Royal Gait le adelantaba en la Copa de Oro de Ascot de 1988. El incidente le costó al legendario la descalificación tras ganar la carrera cumbre del meeting real en tiempo récord.

Batton Passer corrió ocho carreras en Gran Bretaña a dos y tres años con dos victorias y cinco colocaciones, unas campañas bastante decentes, pero los archivos no nos dicen que fue de él en 1986. En 1987 estuvo en el prado descansando de algún problema hasta el 31 de julio, día en que, ensillado por Luis Maroto, debutó en España en el Premio Jose María Cavanillas de Lasarte sin colocarse. Su siguiente carrera fue el Costa Vasca, una carrera de buen nivel, en la que su propietario pensaba que el caballo tenía chance, ya que trajo para montarle al ya mencionado Tony Clark, pero Batton Passer sólo fue sexto entre los diez participantes. Tampoco se colocó en su primera carrera en Madrid, un hándicap donde portaba el peso máximo, pero quince días después batió fácilmente a un pequeño lote en 2200 metros.

Great Moss empezó el año 1988 de nuevo en liso con dos fáciles victorias en Lasarte lo que le convirtió en favorito para el Ajuria Enea, la prueba cumbre de la temporada de invierno donostiarra, pero tuvo un problema que obligó a pararle durante el recorrido. Batido fácilmente en el Gran Premio Expo 92 de Pineda, Great Moss volvió a las vallas y ganó dos carreras en Madrid, pero fue último en la Gran Carrera de vallas de primavera. En otoño alternó liso con vallas sin pasar de las colocaciones. Mientras tanto Batton Passer continuó corriendo en liso todo el año sin más éxito que alguna que otra colocación.

En resumen, que hasta 1989 los dos protagonistas de esta historia no habían hecho nada muy especial, pero ese año entraron en el recuerdo de todos los aficionados. Todo empezó el 23 de abril. Tras ser vendido por Roady y pasar a la preparación de Gerardo Villarta, Batton Passer afrontó con siete años su primera carrera sobre las vallas, A pesar de correr contra saltadores experimentados abordó la última valla con una ventaja de diez cuerpos sobre sus perseguidores pero al saltar tropezó y derribó a su jinete, José Miguel Reyes, que sería su constante compañero a partir de entonces.

Esa prometedora actuación sin culminar no había sido casualidad. Batton Passer ganó consecutivamente sus nueve siguientes carreras sobre los obstáculos, lo que ningún otro caballo ha conseguido jamás en España y me pregunto si alguno lo logró en liso. Hasta agosto de 1990 nadie pudo frenarle salvo en dos carreras lisas que intercaló entre su triunfal campaña en los saltos. Ganó en Madrid y en San Sebastián, en vallas y en los steeples que se corrían en los circuitos con forma de ocho de Madrid y Lasarte, en hierba y en arena, en terreno firme y en pesado, en carreras de condición y en hándicaps cediendo montañas de kilos a sus rivales.

En esos 16 meses solo un caballo logró al menos desafiarle: Great Moss. Su primer enfrentamiento se produjo sobre la arena de Lasarte el 2 de julio de 1989, en el segundo intento de Batton Passer sobre las vallas. Ambos portaban 65 kilos y la experiencia de Great Moss le hizo claro favorito, pero su lucha durante todo el recorrido se resolvió a favor de Batton Passer por tres cuartos de cuerpo. Después Great Moss ganó una carrera de liso y otra de vallas mientras Batton Passer se merendaba dos steeples. El día 3 de septiembre volvieron a encontrarse pero esta vez en liso y nada menos que en el Gran Premio de San Sebastián. Great Moss fue tercero de Miami Sun y Batton Passer cuarto a cuerpo y medio. Para descansar de la carrera Batton ganó el domingo siguiente el Gran Steeple de verano cediendo 14 kilos a El Pío.

De vuelta a Madrid para la temporada de otoño nuestros protagonistas añadieron otra muesca cada uno en su historial y Batton Passe lo hizo con 74 kilos en un hándicap de vallas cediendo 13 kilos a Astur Minstrel un novicio muy prometedor. Después ambos fueron inscritos en el gran premio para los fondistas de liso, el Gladiateur, que entonces se corría sobre 3600 metros. Aunque corrían algunos buenos caballos de liso nadie dudada ya que sobre esa distancia los dos amos de las vallas eran muy superiores. Y así fue, Great Moss montado por Florentino González y Batton Passer por Ceferino Carrasco, forzaron desde el principio un tren infernal para los demás caballos sobre el terreno pesado de aquel día. Al final el mismo Batton Passer se desfondó y fue cuarto en la meta, pero Great Moss batió con las manos bajas a Triunfo, segundo en el Villamejor de 1987.

El 6 de diciembre se corría el Gran Premio de vallas de otoño y tras el resultado del Gladiateur muchos pensaban que Great Moss volvería a batir a Batton Passer de quien recibiría además 2 kilos en un terreno enfangado. Creo que vale la pena que transcriba algunas crónicas de aquel día: “En el primer kilómetro, y para no embarrarse, Galignani voló sobre el fango. A esa altura Great Moss surgió sobre el gran barrizal e hizo el primer relevo… Desde ese instante la carrera se convirtió en un vertiginoso y apasionante “match” entre Great Moss y Batton Passer… inmersos en un ritmo despiadado ambos se olvidaron de sus rivales, incluso de si mismos. Los atónitos espectadores pensamos - se tienen que parar – pero continuaron corriendo. Y lucharon hasta exprimir la última gota de sus fuerzas, hasta la extenuación, hasta la meta” (Abraham García) “El terreno estaba muy mal, llevábamos un peso muy severo y el tren de la carrera era suicida, pero no podíamos concederle a Great Moss ni un cuerpo durante el recorrido. Cuando en la curva he atacado y he visto que no pasaba al de Puerto Rico, pensé que estábamos batidos, pero al entrar en la recta y cogerle medio cuerpo, supe que ganaría: el mío tiene un corazón terrible” (José Miguel Reyes). Cien metros antes de la meta Great Moss cedió agotado y Astur Minstrel que no había parado de progresar durante el año le arrebató el segundo puesto poco antes del poste.

En 1990 Batton Passer prosiguió su imparable racha ganando de lejos tres carreras en Madrid entre ellas la Gran Carrera de Vallas de primavera. Pero finalmente, el 15 de agostó afrontó en Lasarte una prueba insuperable: un tercer enfrentamiento sobre las vallas con Great Moss cediéndole 7 kilos más los 3 que descargaba el aprendiz Robles. Y esta vez Batton Passer fue batido por su viejo rival aunque por poco más de dos cuerpos. Un mes después se tomó cumplida venganza con su décima victoria en obstáculos en una carrera donde Great Moss que recibía 4 kilos solo pudo ser quinto, muy lejos del ganador.

En realidad ambos habían sufrido la dureza de sus campañas. Después del verano Great Moss desapareció de las pistas. Batton Passer siguió corriendo en las vallas, pero ya no volvió a ser el mismo y fue batido varias veces por caballos que el año anterior le habrían perdido de vista. Sin embargo, si no me equivoco, coronó con una victoria la última carrera de su vida el 6 de octubre de 1991, montado por Reyes como casi siempre, ya poco antes ya de que las vallas fueran desterradas de nuestras pistas.

Grat Moss y sobre todo Batton Passer nos regalaron una época extraordinaria de las carreras de obstáculos y sus enfrentamientos, sobre todo en aquel lejano otoño de 1989, fueron inolvidables. Los que fuimos testigos todavía esperamos poder ver algo parecido antes de criar malvas. Que vuelvan pronto las hermosas y competitivas carreras de obstáculos.